viernes, 2 de mayo de 2014

Carlos Noriega astronauta peruano



Nadie sabe de donde en realidad le vino esa extraña vocación, ese deseo intenso de visitar el espacio. Es  posible, sí, que las lejanas imágenes del alunizaje de la nave Apolo XI y la caminata en la superficie lunar hecha por el astronauta Neil Amstrong quedaran profundamente grabadas en el subconsciente de Carlos Noriega, y dentro de ese misterioso y tan complejo mecanismo del ser humano, fuera desarrollando muy dentro de sí un sueño espacial, que su consiente llegó a cristalizar, gracias al esfuerzo y al deseo real de alcanzar nuevas y mejores metas.

 
Carlos Noriega
Carlos Noriega

Si bien es cierto él era un niño en aquel entonces, sus padres supieron decidir el lugar de sus oportunidades y, por ende, la de sus hijos, siendo por ello también parte importante de que un descendiente inca haya llegado a tripular una de estas modernas naves espaciales; acto que, guardando las distancias, la civilización incaica también trató de alcanzar, guiada por su dios Antarqui.
La conquista del espacio ha alcanzado niveles espectaculares en las últimas décadas, gracias, sobre todo, al desarrollo de tecnológicas específicas de este campo. Muchos de los avances que hoy se ven en instrumentos, naves y hasta ropa espacial se inspira en el trabajo pionero de grandes científicos.

 Entre ellos podemos citar al reconocido físico alemán nacionalizado americano Wernher von Braun (1912-1977), considerado el padre del programa espacial de la NASA, y también al científico peruano Pedro Paulet Mostajo (1874-1945), quien diseñó varios dispositivos e interesantes teorías en el campo de la astronáutica. A Paulet se le conoce mundialmente como el inventor del motor de cohete usado hoy en día en naves espaciales. Fue precisamente el propio Braun, ex director de la NASA y Director del primer vuelo tripulado a la Luna, quien reconoció el esfuerzo de Paulet, dejando constancia de ello en su obra “Historia Mundial de la Astronáutica”, que escribiera conjuntamente con Fred Ordway, con la siguiente frase: “por este hecho, Paulet debe ser considerado como el pionero del motor a propulsión con combustible líquido”; haciendo referencia a los experimentos que este realizara en Alemania.

Quedará, pues, en nuestro ego como peruanos, la satisfacción de haber podido asistir a la transmisión directa del primer viaje espacial en el que participaba un peruano, a través de vistas tomadas en vivo desde el transbordador Atlantis, en su vuelo número 19. Más aun, el hecho de que el peruano Carlos Noriega J. hoy en día nacionalizado de los EEUU, haya mantenido su lengua nativa, su cultura, su folclor y hasta su afición en la cocina por lo peruano; lo que lo llevó a pensar en saciar su sed espacial con una también agradable bebida inca: la chicha morada. Tampoco faltó entre sus pertenencias llevadas al espacio, su bandera bicolor y un tumi de oro, símbolo de la cultura Chimú.

Carlos Noriega obtuvo por sus brillantes estudios secundarios una beca de
la Marina de los EEUU, con la cual se graduó como bachiller en ciencias de la computación en la Universidad del Sur de California. Luego, en la Escuela Naval de Postgraduados de Monterrey, obtuvo la maestría en ciencias de la computación y ciencias de sistemas espaciales. Más tarde se especializó en pilotaje de helicópteros CH-46 Sea Knigth.

A fines del año 2002, se retiró del Marine Corps, con el grado de teniente coronel tras una ascendente carrera militar y académica en los Estados Unidos. Sigue laborando en la NASA, entidad que tiene programados cuatro viajes para el 2005-2006. Carlos Noriega J. está incluido en la misión STS-121, que deberá realizarse ese mismo año, de la que también forman parte, Steven W. Lindsey (comandante), Mark E. Nelly (piloto) y el especialista Michael E. Fossum. Su misión será entregar provisiones y equipos para la estación espacial.

Tal vez debamos pensar que Antarqui, el dios de los aires en el Imperio de los Incas, llevó a su civilización aunque en forma indirecta, hacia los espacios infinitos más profundos, alcanzados hoy por el hombre, teniendo como testigo al dios Wiracocha.

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