martes, 17 de junio de 2014

Como tomar las decisiones más importantes



Cómo tomar las decisiones más importantes de nuestra vida

como tomar las decisiones mas importantes
Tomar decisiones
A la mayoría de nosotros no nos han cortado las conexiones entre la parte emocional y la racional de nuestro cerebro, sin embargo muchas veces olvidamos el papel preponderante que tienen nuestras emociones a la hora de tomar decisiones. ¿Cuántas veces intentamos, en pos de la «objetividad», desarrollar razonamientos y tomar decisiones  desapasionadas? Dejar las emociones afuera de la ecuación nos puede hacer tomar decisiones pensadas pero no sentidas. La ciencia hoy demuestra que ésta no es la más inteligente de las opciones. A la hora de decidir, lo importante es tener en cuenta los datos que tenemos de la realidad y a la vez prestar atención a dos aspectos muy importantes: cómo nos sentimos con respecto a esa situación/decisión y cuál es nuestra sensación más visceral, también llamada intuición. Según Goleman, la presencia de esta impresión profunda nos da claridad y seguridad para avanzar hacia una determinada acción o renunciar a ella. «La llave que favorece la toma de decisiones es permanecer en contacto con nuestras propias emociones», asegura el divulgador científico.

Quienes hacen publicidad saben el peso que las emociones tienen en el proceso de toma de decisión de los clientes. Los especialistas en marketing saben que para vender un producto o servicio no alcanza con mostrar las ventajas del mismo (parte racional), sino que tienen que apelar a la parte emocional ya que, para poder decidirnos por la compra, la información tiene que haber entrado por los dos canales: el racional y el emocional. Además, aquello que entra por la vía de la emoción se instala en nuestra memoria de largo término. Como tan bellamente lo expresara la poeta afroamericana Maya Angelou, «las personas podrán olvidar lo que les dijimos, podrán olvidar lo que les hicimos… pero jamás olvidarán cómo las hicimos sentir». En nuestros seminarios suelo preguntar qué estaban haciendo el 11 de septiembre de 2001 para demostrar cómo aquello que entra por la emoción no se olvida. Por eso también es que las emociones son tan importantes: dejan huellas imborrables en nosotros y en los otros.


El doctor Antonio Damasio asegura que «los sentimientos desempeñan un papel fundamental para navegar a través de la incesante corriente de las decisiones personales que la vida nos obliga a tomar. Es cierto que los sentimientos muy intensos pueden crear estragos en el razonamiento, pero también lo es que la falta de conciencia de los sentimientos puede ser absolutamente desastrosa, especialmente en aquellos casos en los que tenemos que sopesar cuidadosamente decisiones de las que, en gran medida, depende nuestro futuro: la carrera que estudiaremos, la necesidad de mantener un trabajo estable o de arriesgarnos a cambiarlo por otro más interesante, con quién casarnos, dónde vivir, qué apartamento alquilar, qué casa comprar, etcétera. Éstas son decisiones que no pueden tomarse exclusivamente con la razón, sino que también requieren del concurso de las sensaciones viscerales y de la sabiduría emocional acumulada por la experiencia pasada. La lógica formal por sí sola no sirve para decidir con quién casarnos, en quién confiar o qué trabajo desempeñar porque, en esos dominios, la razón carente de sentimientos es ciega».

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