Aunque al menos dos países se
disputan ser el lugar de origen, el hecho concreto es que en los primeros
minutos del 31 de octubre nació el ser humano número siete mil millones del
planeta.
Ha sido filipinas la primera nación
en atribuirse el hecho, con el nacimiento
de la pequeña Danica, llegada dos minutos antes de la medianoche, y sus
padres han sido oficialmente felicitados por el Fondo de Población de las
Naciones Unidas, que otorgo a la pequeña una beca vitalicia para que pueda
concluir sus estudios y a sus padres una ayuda económica para que instalen un
modesto comercio.
Este hecho le es disputado a
Filipinas por la India, donde la organización caritativa británica Plan
Internacional, dedicada a los niños, ha reclamado igualmente tal esquivo honor
para una pequeña nacida en Uttar Pradesh es uno de los estados de mayor
demografía de la India, y el acontecimiento iba a servir para llamar la
atención sobre la natalidad explosiva.
Como sea, se sabe que el ser
humano número seis mil millones vio la luz en 1999 y se calcula que para el año
2050 seremos nueve mil millones en el planeta. Por lo mismo, este nacimiento
real, y simbólico a la vez, es ocasión para que la ONU llame la atención sobre
los riesgos del crecimiento demográfico explosivo de la humanidad.
En lo que respecta a Filipinas,
según el Fondo de Población (UNFPA, por sus siglas en ingles), es ya el
duodécimo país más poblado del mundo, con 95 millones de habitantes, de los
cuales el 54% tiene menos de 25 años. China es el más poblado, con mil
trescientos cincuenta millones de habitantes; y le sigue la India, con mil
doscientos cuarenta millones. En algún
momento del siglo, ambos países invertirán puestos, ya que China aplica una
política de estricto control demográfico que la India aun no logra poner en práctica.
El Fondo de Población de la ONU
ha publicado el viernes su informe anual, en el cual estima que seremos
exactamente nueve mil trescientos millones de seres humanos en el año 2050 y
más de diez mil millones antes de que acabe el siglo XXI. Este hecho plantea
múltiples dificultades a los países en desarrollo, cuyos gobiernos deberán
encontrar empleo a la enorme cantidad de jóvenes que llega al mercado cada año.
A este problema hay que agregar el calentamiento global, que causa estrés
hídrico en diversas zonas del planeta, y la explosión incontrolada de las
megalópolis.
Los especialistas señalan que
estamos ante una disyuntiva cargada de posibilidades, pero también de
paradojas, pues se continúa destruyendo excedentes alimentarios pese al hambre
imperante en diversas zonas del mundo. Y todos los demógrafos insisten en que
si bien hay quienes niegan que exista un cambio climático, el crecimiento
demográfico es un hecho incontrovertible que forma parte de las verdades
globales que no se pueden negar y ante las cuales no podemos quedarnos de
brazos cruzados.
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